Su encuentro fue dulce y el escenario era perfecto.
Ella abrÃa la panaderÃa y el aroma a pan recién horneado recorrÃa las texturas y colores de cada pieza en la vitrina. Él recortaba el pasto y daba forma a las plantas que adornaban el hermoso patio.
Era una mañana fresca de otoño en el Mercado San AgustÃn, en el oeste de °Õ³Ü³¦²õó²Ô. Pedro León entró con dos de sus compañeros de trabajo en busca de café y un panecito a La Estrella Bakery. Karina Kelly los atendió y sintió el flechazo.
La escena parecÃa ideal, hasta que Karina, con el corazón acelerado e intentando actuar con normalidad, se machucó el dedó y se quebró la uña al cerrar la vitrina del pan.
“Un dolorzaso, hasta me sangró un pocoâ€, dice Karina, “pero al mismo tiempo me sentÃa contenta. Era un enredo de emociones que no se puede explicarâ€.
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En octubre de 2011, Karina Kelly y Pedro León, ambos originarios de Sinaloa, se conocieron en °Õ³Ü³¦²õó²Ô mientras ella lo atendÃa en La Estrella Bakery, en el Mercado San AgustÃn. Se puso tan nerviosa que se machucó un dedo con la vitrina.
Los amigos habÃan captado el flechazo entre ambos y de una vez se fueron sobre Pedro: “Ãndale, sóbale la manoâ€, recuerda Karina que le decÃan. “Se dieron cuenta luego luego de que nos gustamosâ€.
Él le preguntó si estaba bien y ella le preguntó su nombre antes de salir.
Pedro y sus compañeros en la empresa de jardinerÃa solo trabajaban en el Mercado San AgustÃn los viernes. Tampoco Karina estaba siempre ahÃ, muchas veces atendÃa en la panaderÃa La Estrella de La Doce, en 5266 S 12th Ave. Pero al siguiente viernes se volvieron a encontrar.

Fue dentro de la panaderÃa La Estrella Bakery en el Mercado San AgustÃn de °Õ³Ü³¦²õó²Ô que Karina Kelly y Pedro León se conocieron hace 8 años.
“Llegó y me saludó, y le dije: ‘Oye, te fuiste y no me pagaste el pan’â€, recuerda Karina, entre risas. Él decÃa que sÃ, que claro que lo habÃa pagado. Ella insistÃa en que no, que ella lo tuvo que pagar, porque con el asunto del machucón nadie se acordó del dinero.
“Asà es que me pagó y me dijo que me invitaba a comer, que él sabÃa cocinar muy ricoâ€, dice Karina.
“’¿A poco si?’, le dije. ‘SÃ, yo hago un ceviche muy bueno’, me dijo. ‘A pues a mà me gusta mucho el ceviche, porque soy de Mazatlán’â€, le respondió ella.
“Y entre el pan dulce y por culpa de un ceviche, aquà estamosâ€.
Antes de conocerse, Karina, de 44 años, y Pedro, de 55, habÃan estado casados y ambos tienen hijos grandes. Después llegaron Camila, de 6 años, y Pedrito, de 3.
“Me enamoré en un segundo y ya llevamos 8 años juntos y dos hijosâ€, dice Karina. “Lo amo muchÃsimoâ€.
Liliana López es editora de La Estrella de Tucsón. Contáctala en llopez@tucson.com o al (520) 807-8479.